Realizar ejercicio es una de las prácticas más saludables que existen para el ser humano, al igual que llevar una alimentación saludable, es por eso que estas dos acciones deben ir de la mano.
No se puede lograr un entrenamiento exitoso, conseguir un buen rendimiento físico o un cuerpo atlético, sin llevar una alimentación adecuada.
Como se dice popularmente: “los abdominales se hacen en la cocina”. En mi opinión sería: “los abdominales se hacen en la cocina, en el gimnasio o lugar de entrenamiento y en el descanso”.
Lo que esto quiere decir, es que para tener un cuerpo saludable, debemos considerar varios factores, y no solamente enfocarnos en levantar pesas o hacer cardio, sea cual sea el ejercicio que realicemos, es muy importante tener a la par una adecuada alimentación, una buena hidratación y un descanso óptimo, ya que el músculo crece en el descanso, no en el gimnasio, y la recuperación muscular depende a su vez de nuestro estado de salud y la alimentación que llevemos.
El ejercicio tiene muchísimas ventajas en nuestro cuerpo, estas son sólo algunas de ellas:
- Mejora la oxigenación de los tejidos.
- Disminuye la frecuencia cardiaca en reposo, lo que quiere decir que nuestro corazón se vuelve más eficiente, realiza el mismo trabajo, pero con menos contracciones.
- Refuerza la densidad ósea.
- Normaliza el ritmo intestinal, controlando el estreñimiento.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Disminuye el riesgo de enfermedades crónicas como: diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemias, etc.
- Incrementa la sensación de bienestar por la liberación de hormonas y combate el insomnio.
Sin embargo, realizar ejercicio también tiene algunas desventajas, como por ejemplo: puede llegar a producir dolor e inflamación en algunas ocasiones, además genera radicales libres en el cuerpo a partir del oxígeno, mientras más intensa sea la actividad, más radicales libres se producen y los deportes muy intensos o extremos pueden llegar a deprimir el sistema inmune.
Es por esta razón, que cuando nos ejercitamos debemos de llevar una alimentación especial para el tipo de actividad que realicemos y que sea rica en antioxidantes, los cuales neutralizarán estos radicales libres, y en algunos casos tomar suplementos.
Estas son algunas de mis recomendaciones básicas para las personas que realizan ejercicio, sin embargo existen muchas más, y pueden variar de acuerdo a la condición física, estado de salud y objetivos de cada persona:
- Tener un adecuado consumo de fibra, ya que retrasa el vaciamiento gástrico y estabiliza los niveles de glucosa en sangre.
- Consumir alimentos lo más frescos posible, procurar que la dieta se base un 80% en alimentos frescos y sólo un 20% en procesados.
- Consumir una cantidad suficiente de frutas, verduras, proteína, agua, hidratos de carbono complejos y grasas de buena calidad.
- Incluir alimentos desintoxicantes o infusiones de plantas, ya que el ejercicio genera toxinas en nuestro organismo, propias del metabolismo energético muscular.
- Regular nuestro pH con una dieta alcalina, debido a que los residuos del metabolismo energético celular y muscular son ácidos, acidifican el organismo y tienen repercusiones en el rendimiento físico.
- Llevar un plan de alimentación adecuado y suficiente: antes, durante y después del entrenamiento, de acuerdo a nuestros requerimientos.
- Hidratación adecuada: pre, durante y post entrenamiento, según nuestras necesidades, el tipo de actividad física, la duración, el clima, etc.
- Por último como lo mencioné antes, tener una dieta alta en antioxidantes como: alimentos ricos en Vitamina A, C y E, hierro, zinc y alimentos ricos en fitonutrientes como resveratrol, licopeno, sulfurofano, etc.
Recuerda que siempre debes de acudir a profesionales, tanto si vas a iniciar a hacer ejercicio o probar ejercicios más complejos, es fundamental asesorarnos con entrenadores calificados para hacer los ejercicios correctamente, conseguir que nuestros músculos trabajen de forma idónea y evitar lesiones, al igual que para llevar una alimentación adecuada durante los periodos de entrenamiento y descanso, y sobre todo si vas a tomar algún suplemento o complemento.
En este último punto, es fundamental ser muy cuidadosos sobre que es lo que vamos a tomar y quién nos lo está recomendando y por qué motivo, no olvides que nunca se puede generalizar y lo que le funcionó a una persona puede que no sea lo ideal para ti o que ni si quiera sea necesario que los consumas.
El entrenamiento, el plan de alimentación y los suplementos deben ser personalizados, de acuerdo a los requerimientos, características, estado de salud y objetivos de cada persona.
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